miércoles, 7 de octubre de 2009

“Sed perfectos”

En el sur de China había un hermano que tenía un arrozal en la ladera de un cerro. En tiempo de sequía solía hacer uso de una rueda,
operada mediante un pedal, que alzaba el agua del canal de irrigación hasta su plantío.
Su vecino tenía dos lotes abajo del suyo, y una noche abrió un boquete en la muralla del retén y escurrió toda el agua del arrozal de
nuestro hermano. Volvió a llenar de agua su plantación, y el vecino volvió a hacerle la misma jugada; y así varias veces.
Al fin, el hermano consultó con los demás creyentes, diciendo:
— He procurado tener paciencia y no retribuir mal por mal, pero, ¿será justo esto?
Luego de haberlo llevado en oración, uno de ellos le dijo:
— Si sólo pensamos en lo que es justo, pobres creyentes somos. Tenemos que hacer algo más de lo que es justo.
Quedó muy impresionado el hermano. A la mañana siguiente bombeó con su pedal agua para el arrozal de su vecino, y por la tarde
para el suyo. Después de esto el agua quedó en su campo.
El vecino fue impresionado de tal forma que buscó saber la razón y muy pronto él también se había convertido.
Tomado de T.S. Nee: Sentaos, andad, estad firmes

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